lunes, 6 de junio de 2011

Capitulo 35: FINAL.


Capitulo 35: FINAL.

1 mes después:

Narra Emily:

Todo lo malo por lo cual atravesamos juntos, quedo en el ayer. Aunque recuerdo perfectamente como fue sobrevivir en ese pueblo maldito, lleno de espantos. Quisiera poder olvidar todo eso, peor luego recuerdo que mi amor con Nicholas creció entre tantas cosas malas. Ahí fue cuando creí por completo que el amor puede vencer a todo lo que quiera opacarla. Cuando el amor es fuerte y real, no hay nada que pueda detenerla. Entonces puedo decir que definitivamente, sufrir y pasar por tantas situaciones, después de todo, valió la pena. No voy a olvidar la primera vez que hable con Nicholas, cuando me llevo a su casa y ahí comenzó a crecer el amor, luego vinieron momentos realmente feos, pero que juntos pudimos sobrevivir. No me arrepiento de nada, porque ahora estoy junto a el. Sintiendo sus besos, sus caricias, sus abrazos, sosteniendo su mano. Y cada mañana lo primero que veo es su rostro, su anatomía durmiendo a mi lado. Y eso es irremplazable. Todos los momentos junto a el fueron, son y serán especiales. Estamos abrazados a las orillas del mar, en una de las playas más bonitas, sintiendo la suave briza del viento que nos acaricia, y observando el precioso atardecer, tan romántico…

Nicholas me miro a los ojos fijamente, como siempre lo hacia. Transmitiéndome infinidades de cosas, que solo yo podía recibir. Acarició mi rostro, y me beso con la misma delicadeza de siempre.

-No puedo creer que ahora estemos aquí, solos, tranquilos, pensando solo en nosotros. – Dije.

-Yo te prometí que algún día podríamos amarnos en paz. Y mira… aquí estamos. – Expreso.

-Siempre creí en ti, siempre esperé este momento. – Exclame tranquila.

-Te amo demasiado, mi amor. – Expreso con sinceridad.

-Eres mi vida, y también te amo demasiado, lindo. – Dije amorosa.

El sonrió. Yo amaba que lo hiciera. Y luego volvió a besarme. Es inexplicable la cantidad de sensaciones hermosas que siento cada vez que sus labios se unen a los míos.

Narra Nick:

Los últimos meses eran completamente increíbles. Muchas veces pensé que estaba soñando, que solo era producto de mi imaginación. Pero afortunadamente era la más pura realidad. Todo se estaba concretando, y las cosas comenzaban a tomar el camino correcto. ¿Qué más puedo pedir en este momento? Tengo todo lo que más quiero, la mujer que más amo esta a mi lado. Eso me llena totalmente de felicidad, y ya no pediré nada más. Solo me esfuerzo por hacerla feliz todos los días de mi vida, y brindarle la mejor calidad de vida posible. Y ayudar cumplir todos nuestros sueños, juntos.

Nos pusimos de pie, y sostuve su mano. Ya era tarde para estar en la playa, la noche comenzaba a tornarse completamente fría. Así que comenzamos a caminar juntos, camino a nuestra propia casa, y hacia donde el destino quisiera llevarnos. Porque juntos o separados, la llama del amor siempre se mantuvo encendida. El fuerte sentimiento que sentíamos mutuamente jamás se quebró, siempre se mantuvo en pie. Y a pesar de los años, meses, días, horas, segundos o minutos, el amor siempre encontraba tiempo para seguir existiendo. Gracias a esos sentimientos tan hermosos, hoy seguimos vivos, son tan fuertes que pueden pelear contra todo. Y salimos adelante en los peores momentos solo porque el amor nos mantenía juntos, y fue más fuerte que todo.

Emily es la mujer de mi vida, la razón de mí existir. Cuando siento sus besos, sus caricias, sus abrazos, su voz, y su simple presencia a su lado, me siento en el cielo. Juntos podemos sentir que estamos en el cielo.

FIN.

¡Hola! Acá estoy, por última vez, subiendo el último capitulo de esta novela, que al principio solo tenia pensado realizar solo 15 capítulos. Pero a medida que avanzaba, cada vez tenía más lectoras, entonces decidí seguirla, hasta hoy. Por mi parte disfrute muchísimo escribiendo esto, en realidad, siempre disfruto cuando escribo. Si hago una próxima novela, les voy avisar. Por lo tanto, no me queda más que agradecerles por todo, por esperar, por leer, comentar, y estar siempre. GRACIAS a todas. Como cierre, les dejo este vídeo que hice yo misma, es breve, pero es un lindo cierre para la novela: http://www.youtube.com/watchv=sf2BtWfxTFE VÉANLO POR FAVOR, LAS VA A EMOCIONAR.

Gracias, otra vez.

Evi.

P/D: Pueden leer lo que escribo en mi nuevo blog, hablo de situaciones diferentes y sentimientos acá: http://www.believeeinyourseelf.blogspot.com/ :)




sábado, 4 de junio de 2011

Capitulo 34.


Capitulo 34:

1 mes después

Narra Nick:

Me siento tan feliz de estar aquí hoy. A punto de casarme. Ya estaba todo listo. Tenía mi smoking impecable, mis rulos bien peinados, todo listo. Pero lo que estaba en mejor estado era mi ánimo. No podía explicar la sensación que tenia al saber que unos minutos me uniría a la mujer que más amo en el mundo.

-No puedo creer que vas a casarte. Y… ¡antes que yo! – Bromeo mi hermano Joseph.

-Lo siento, no tengo la culpa de que seas pésimo en el amor… - Burle.

-Ok… pero yo estoy soltero. Tu no podrás salir con nadie más… - Dijo y rio.

-No me importa, yo amo a Emily. – Dije. – Y estoy muy feliz hoy. – Acoté.

-Solo bromeaba. Me alegro mucho por ti, hermanito. Suerte. – Dijo y me dio un abrazo alentador. Mies hermanos siempre me apoyaban, en todo m omento. Malos o buenos.

Narra Emily:

Me sentía la mujer más feliz del mundo. Cuando Nicholas me pidió casamiento, no pensaba más que en estar junto a el para siempre. Nuestro amor es incomparable, nadie puede igualarlo. Con Michael todo fue totalmente distinto, no me producía nada el pensar en casarme con el. En cambio con Nicholas fue realmente emocionante, lo sentí dentro, quería gritar ¡Si quiero! Porque es lo que más deseo. Ahora estoy frente a un espejo, acomodando los últimos retoques de mi vestido. La gente y Nick ya están en la iglesia, esperando mi llegada. Estoy tan nerviosa… faltan solo minutos. No puedo esperar a verlo allí, debe estar más hermoso que nunca, todo un príncipe. Ahora si que mi sonrisa era imborrable.

-¿Estás lista? – Preguntó Kevin. El estaba allí conmigo porque me acompañaría hasta al altar. Decidí que fuera el, porque era como un hermano mayor para mí. Y no tenía a mi padre presente para que pudiera ocupar su lugar.

-Si, si. Quiero irme ya. – Exclame ansiosa.

-Entonces, vámonos. Recuerda estar tranquila, todo saldrá muy bien. – Dijo Kevin intentando calmar un poco mi ansiedad.

-Lo sé. Pasamos por tanto para llegar aquí… - Exclame melancólica. En ese momento Kev me dio un abrazo cálido, y me sentí mucho más segura de que todo saldría bien.

Luego subimos al auto que habíamos alquilado especialmente para llegar al casamiento. Era color blanco. Y un chofer nos llevo hasta la iglesia elegida. Cuando llegamos las puertas estaban cerradas, pero en cuanto Kevin dio la orden comenzaron a abrirse lentamente. Vi las caras de muchas personas conocidas. Pero lo que más me importaba, estaba allí, al fondo de la iglesia, esperándome. Pude ver como sus ojos se cristalizaban al observarme con amor. Y ni hablar de los míos… las lágrimas de emoción y felicidad amenazaban con rebalsar y salirse de mis ojos. Cada vez estaba más cerca. Caminaba lentamente, y finalmente llegué a lo que más ansiaba. Nicholas me sonrió feliz y acaricio mi rostro con delicadeza mientras yo dejaba caer una lágrima. Mientras el cura hablaba y decía sus palabras, Nick y yo nos mirábamos fijamente a los ojos. Podíamos hablarnos a través de la mirada. Finalmente llego el momento que más anhelaba…

-Ya pueden entregar los anillos. – Anuncio el cura. Primero era mi turno.

-Nicholas… amor, te entrego este anillo, como significado de mi amor sincero, y prometo serte fiel, leal, amarte y apoyarte en la salud, en la enfermedad, en la riqueza, en la pobreza, todos los días de mi vida, hasta siempre. Te amo. – Dije con los ojos húmedos y le coloque el anillo en uno de sus dedos. Luego siguió su turno.

-Emily, amor de mi vida. – Dijo y tomo unos minutos para sonreír. Luego siguió con sus palabras. – Al entregarte este anillo, te doy testimonio de mi amor sincero, prometo serte fiel, leal, amarte y apoyarte en la salud, en la enfermedad, en la riqueza, en la pobreza, todos los días de mi vida, nadie va a separarnos. Te amo como a nadie, y prometo que nunca más volverás a estar sola. – Exclamo con sinceridad y me coloco el anillo.

-Ahora si, puede besar a la novia. – Comunico el sacerdote.

Nicholas me tomo del rostro y junto nuestros labios. Nos besamos con tanta pasión, amor, sinceridad, que nos sentimos realmente unidos para siempre. Nuestro amor contaba con una fuerza magnifica, e inexplicable. Algo que podía luchar contra todo lo que se interpusiera entre nosotros, y eso era fantástico. Nos sentíamos, en el paraíso, en el cielo.

jueves, 2 de junio de 2011

Capitulo 33.


Capitulo 33:

Narra Emily:

Me sentía un tanto mal. Aunque había recuperado a Nicholas, y Ludwig ya estaba en la cárcel, no quería ver a Michael triste. El me había brindado muchas cosas cuando estuve sola. Pero no podía seguir engañándolo. Además el no es ningún idiota, y se estaba dando cuenta de la realidad de las cosas, y ciertamente cuando le fui hablar, el ya sabía que era lo que iba a decirle.

-Ya sé que amas a Nicholas, Emily. – Dijo.

-Pero… yo jamás lo mencione. Nunca te conté sobre el. - Exprese.

-Lo sé. Pero Emily, cuando lo viste ese día que fue a casa, la expresión de tus ojos cambio, no lo sé, apareció repentinamente un brillo que nunca había observado. Y simplemente percibí que el era algo más que un viejo amigo. Y ayer, cuando hable con sus hermanos, me contaron un poco la historia. – Contó.

-Nunca tuve intenciones de engañarte, Michael. Perdóname. – Dije sincera.

-Emily, te quiero mucho. Sé feliz con Nicholas, lo mereces. A mí siempre me tendrás como tu amigo. No lo dudes. - Expreso comprensivo.

-Gracias Michael. Tú también te mereces ser feliz. – Exclame mientras le brindaba un cálido abrazo amistoso.

Y en ese momento mi alma se sintió totalmente libre para correr junto a Nicholas. La hora de ser felices había llegado, ya no me interesaba nada más. El era todo lo que amaba, todo lo que necesitaba para mantenerme viva.

Narra Nick:

Las cosas habían salido a la perfección. Y por fin comenzaban a transitar un camino libre de violencia, maldad, odio. Lo mejor de todo era que estábamos juntos, y no había ningún motivo para separarnos.

Luego de la clínica, la lleve hasta su casa. Donde rápidamente tomo algunas pertenencias, para irse conmigo. A mi vivienda propia. Yo ya no vivía con mis hermanos. Así que estaríamos solos. Cuando llegamos, bajamos del auto, y la invite a ingresar a mi casa.

-Mi casa, desde ahora es tu casa también. – Dije. Ella sonrió.

-Es muy linda. – Dijo mientras le ayudaba a entrar los bolsos.

-Me alegra que te guste, me costo un poco escoger una. – Conté.

-Esta es perfecta. – Aseguro.

Estaba tan ansioso. No podía esperar a que llegase la noche. Joseph ya había conseguido los anillos, no faltaba nada. El lugar elegido había sido el patio de mi nueva casa. Era ideal. Y lo mejor era que podíamos ver perfectamente las estrellas. Kevin me ayudo a preparar todo, mientras Joe distraía a Emily. Todo era una sorpresa. Al llegar la noche, le dije que se prepara ya que la llevaría a un lugar muy bonito. Cuando estaba lista, tomé su mano, y la lleve hacia al patio. Pude ver como cambiaba la expresión en su rostro cuando vio todo lo que había preparado solo para nosotros.

-Es increíble, Nick. – Dijo.

-Gracias. Sé que no es el lugar perfecto pero… - Exclame pero ella interrumpió.

-Donde tu estés para mi es perfecto. – Menciono tiernamente. Y la bese brevemente.

-Siéntate. Cenaremos aquí, y luego te daré una sorpresa. – Exprese pícaro.

Luego de todo, terminamos la cena, y llego el momento que más esperaba. Me arrodillé ante ella, y saqué la pequeña caja de mi bolsillo.

-Ya no quiero perder más tiempo, Emily. ¿Quieres casarte conmigo y ser mía para siempre? – Pregunté con todo la ansiedad del mundo. Ella se emociono rápidamente y contesto.

-Si, si, acepto Nick. Te amo como a nadie. – Dijo emocionada entre lágrimas y con una sonrisa. La abrace y luego la besé con todo el amor del mundo. Me sentía aliviado, feliz, pleno. Estaría a su lado, para siempre. Ya casi podía asegurar que nuestra historia, afortunadamente, tendría un gran final feliz.

lunes, 30 de mayo de 2011

Capitulo 32.


Capitulo 32.

Narra Emily:

Creí que nuestro final había llegado. Ludwig estaba frente a nosotros, a punto de volver a disparar. Pensé que iba a hacerlo. Pero por primera vez en la vida, la suerte se puso de nuestro lado, y afortunadamente justo en aquel momento llegaron Joe y Kevin junto a dos policías de la ciudad. Sentí un total alivio cuando los vi y aun más cuando tomaron a Ludwig y le quitaron el arma que tenía entre sus manos. Yo aun seguí sobre el suelo y Nick ayudándome a mi lado.

-Llama ahora mismo a una ambulancia Joe, apresúrate. – Ordeno Nick.

-Ok. Estarás bien, Emi. – Dijo Joe y al instante llamo a la ambulancia.

Después de toda la pesadilla había pasado, y los estábamos… vivos. La ambulancia llego rápidamente, y nos fuimos de allí. Afortunadamente mi herida no era demasiado grave. Así que estaría muy bien en pocos días. Lo único que quedaba era hablar con Michael. Todavía no le había comunicado que quería a Nicholas. Los médicos terminaron de sanar mi herida, y se retiraron de la habitación. Estaba sentada en la camilla, a punto de irme, cuando Nick entro y emitió una pequeña sonrisa.

-¿Cómo estás? – Preguntó mientras cerraba la puerta de la sala.

-Mucho mejor, ahora. Ya no duele tanto, solo quiero llegar a casa. – Conteste con cansancio.

Nick se acerco a mí y me acaricio delicadamente el rostro. Sentí una sensación hermosa. Me hacia feliz tenerlo tan cerca. Al instante me beso en la frente, fue muy dulce.

-Te juro que moría si llegaba a pasarte algo. Te extrañe, Emily. – Expreso tiernamente.

-Yo no tengo palabras para agradecerte todo lo que haces por mí, es increíble. Tú sabes que te amo, con mi vida. – Exclame con sinceridad.

-¿Puedo besarte? – Preguntó.

-¿Desde cuando preguntas eso? – Dije con una sonrisa picara. Y al instante nuestros labios se estaban uniendo.

-Te prometo que desde ahora, jamás volveremos a estar separados. – Susurro a mi oído y me beso una vez más.

Nicholas era todo para mí. Nada ni nadie podía remplazarlo. Creo que estando con Michael, confundí amor con compañía. Tal vez tenía miedo de quedarme sola para siempre. Pero ahora todos esos miedos ya no están vivos, Nick esta a mi lado, otra vez. Y sé que ahora nunca más volverán a alejarnos. No me interesa más nada en todo el mundo… solo quiero vivir junto a el por el resto de mi vida.

Narra Nick:

De una vez por todas, las cosas en mi mundo comenzaban a acomodarse. Ahora que Ludwig esta preso, se que no podrá volver a molestarnos. Esto es como un nuevo comienzo para nosotros, y de aquí en más estaremos juntos hasta el final. Y la verdad es que sinceramente no podía estar más feliz, otra vez la tenia conmigo.

Michael estaba esperando en la sala principal de la clínica, mientras Emily y yo hablábamos en una de las habitaciones.

-¿Esta Michael aquí? – Preguntó ella.

-Si, lo vi. Esta desesperado por verte. – Conté.

-No sé como voy a decirle todo esto, espero que lo entienda. – Planteo.

-Emily, si le hablas con el corazón y con suma sinceridad, estoy seguro que el lo entenderá. – Expresé. – Pero hoy si o si vuelves conmigo. – Bromee.

-Claro que iré contigo. – Dijo ella con una sonrisa. Amaba verla alegrarse de esa bella manera.

Mientras ella salía de allí, y se dedicaba a hablar con Michael, tomé mi teléfono celular y llamé con prisa a Joseph. Que ya estaba en su casa.

-Nick ¿Qué ocurre? – Cuestiono Joe al contestar mi llamado.

-Necesito que me hagas un pequeño favor. – Pedí.

-Bueno, ¿Qué quieres? – Preguntó.

-¿Recuerdas los anillos que vimos en la joyería, esos que eran dos y veían juntos? – Pregunté.

-Si, si. Los recuerdo. – Dijo.

-Toma dinero de mis ahorros, y cómpralos ahora mismo. ¿Ok? – Ordené.

No quería perder un segundo más de mí tiempo, ya había perdido demasiado. Le pediría matrimonio esa misma noche. Ya no quedan dudas de que Emily es el amor de mi vida, la mujer de mi vida, la dueña de mi corazón. Ninguna otra mujer me hizo sentir como ella, es tan increíble. Solo quiero despertar cada mañana, y ver su rostro por el resto de mis días.

viernes, 27 de mayo de 2011

Capitulo 31.


Capitulo 31:

Narra Emily:

Ludwig se encontraba totalmente fuera de lugar. Nada podía calmarlo ahora. Nos obligo a entrar a una de las habitaciones, e inmediatamente se fue de allí, obstruyendo la puerta con llave. En ese momento Nicholas y yo quedamos solos ahí adentro. Antes que pudiera decir algo Nicholas me había envuelto con sus brazos nuevamente. El sabía muy bien que eso era lo único que me tranquilizaba un poco cuando pasaban estas cosas. Después de todo ya teníamos un poco de experiencia.

-¿Linda, estás bien? – Pregunto Nicholas al mismo tiempo que corría algunos mechones de mi cabello que cubrían mi cara.

-No lo sé, mi pie me duele demasiado. Creo que me lastime – Conteste con algunas lagrimas todavía, y la respiración un poco acelerada.

-Escúchame ¿si? – Indico. – Vamos a estar bien. Se que en unas horas toda la policía estará aquí. Tenemos todo planeado para que Ludwig caiga. ¿Me oíste? Tranquila, que mientras yo este aquí Ludwig no volverá a tocarte. – Aseguro. Y luego beso mi frente con ternura.

Me sostuvo entre sus brazos otra vez, y así nos quedamos durante unos minutos. No quería despegarme. Sentía que si lo hacia, el miedo volvería de alguna forma. Luego decidimos esperar a que algo sucediera. No había pasado más de media hora, pero el tiempo allí parecía interminable. Además el dolor de mi pie aumentaba y no podía soportarlo. En un momento, la puerta se abrió. Y la presencia de Ludwig aprecio sin previo aviso. Lo primero que hizo fue acercarse rápidamente y tomarme fuertemente del brazo.

-Vamos, pero solos. Tengo algunos problemas que resolver contigo. – Dijo al mismo tiempo que me tomo del brazo.

Nicholas interfirió instantáneamente quitando la mano de Ludwig que sostenía mi brazo.

-Ella no ira a ningún lado contigo. – Expreso y se ubico delante de mí.

-Córrete inútil, no compliques más las cosas – Ordeno. Ahora tenía otra vez el arma en su mano.

Narra Nick:

Ludwig insistió otra vez con llevarse a Emily nuevamente, y esta vez lo detuve instantáneamente. Lo derribe con todas mis fuerzas, dejándolo tirada sobre el piso. Tomé la mano de Emily, y corrimos intentando escaparnos. No era fácil porque había que bajar varias escaleras, y hallar una salida, ya que Ludwig se había ocupado de tener todo cerrado. En un momento nos detuvimos e intentamos abrir una de las puertas.

-Esta todo cerrado – Dijo Emily con desesperación.

-Hay que buscar algo para abrir esto, antes de que Ludwig vuelva. – Indique.

Comenzamos a buscar desesperadamente algo que nos sirviera para abrir la puerta, pero no hallábamos nada. Ya no teníamos salida. Y las cosas empeoraron aun más cuando Ludwig volvió a aparecer entre nosotras. Seguí con su arma en la mano. Al verlo me puse justo delante de Emily para impedir que el se acercara a ella.

-Estoy decidido a terminar con ustedes ahora mismo. – Musito apuntando con su arma hacia nosotros.

Me abalance otra vez hacia el. Debía salvar nuestras vidas. Intente quitarle el arma, y Emily intercedió en la pelea. En ese instante se sintió un disparo. Quede inmóvil un par de segundos, y acto seguido Emily cayo el piso. Ella lo había recibido. Me olvide por completo de Ludwig y me ocupe rápidamente de Emily.

-Linda, ¿estás bien? – Pregunté. Afortunadamente estaba consiente, y la bala solo había lastimado su pierna.

-Si… al menos puedo respirar. – Expreso al mismo tiempo que se quejaba del dolor.

-Bien, resiste. Vamos a salir vivos de aquí. – Dije con seguridad. Aunque no sé porque tenía ese sentimiento dentro de mí tal vez lo más probable era que muriésemos allí.

Ludwig se acerco con cautela, otra vez tenía el arma de fuego en su mano. Nunca se desprendía de ella.

-Despídanse. Llego su fin. – Exclamo. En ese momento Emily había tomado mi mano con todas sus fuerzas. Tal vez lo dos sentíamos que había llegado nuestro final.

martes, 24 de mayo de 2011

Capitulo 30.


Capitulo 30:

Narra Nick:

Finalmente nos pusimos lo más rápido posible de acuerdo. No queríamos seguir perdiendo el tiempo. Juntamos el dinero, y lo necesario para rescatar a Emily. El elegido en ir a sacarla de allí, era yo. Ludwig lo puso como una condición. No debía ir acompañado por nadie. Pero acordamos con Michael, que en cuanto yo le enviara un mensaje, el debía avisarle a la policía, para poder atrapar a Ludwig. No pensaba dejarlo escapar. Quería verlo después de tanto encerrado tras las rejas, asegurándome que jamás volvería a molestarnos.

-¿Todo esta en orden? – Pregunté.

-Si. Ve por ella y tráela sana y salva. – Expreso Michael.

-Por eso no te preocupes, la voy a sacar como sea. – Asegure.

Me dirigí al lugar donde Ludwig me había citado. Estaba completamente deshabitado, un poco escondido o alejado, y era completamente silencioso. No oía casi ningún sonido. Igualmente me sentí seguro de estar allí, teníamos todo fríamente calculado. Quería sacar a Emily, y regresar a casa lo antes posible. Sabía que Ludwig necesitaba dinero para ir se del país, porque tenía muchos problemas, y aprovechaba toda esta situación, para, además, vengarse de nosotros. Hice unos pocos pasos ingresando al lugar. Era algo así como una casa enorme, pero realmente abandonada. Se notaba que nadie viva allí. Había tres escaleras y muchas habitaciones, y realmente no sabía hacia donde ir. Hasta que escuche la voz de Ludwig a través de unos parlantes. Se oía por toda la casa.

-Llegaste, Nick. – Dijo. – Quédate ahí, no te muevas, porque pondrás en riesgo la vida de tu linda princesa. – Expreso sádico.

-Ya suéltala y llévate el dinero. No compliques más las cosas, Ludwig. – Exclame furioso.

Narra Emily:

Escuche que Ludwig hablaba dirigiéndose a Nicholas. Su voz llego hasta la habitación donde me mantenía cautiva. No podía soportar un minuto más ahí, quería salir lo más rápido posible. Creí sentirme a salvo, hasta que Ludwig apareció en el cuarto. Y me quito la cinta que cubría mi boca. Sabía que algo más estaba tramando. No me liberaría tan rápidamente. Mi respiración se había acelerado por completo, sentí que en cualquier momento dejaría de respirar a causa del temor que invadía mi cuerpo.

-Ludwig… por favor déjame ir de aquí. Por favor. – Rogué entre lágrimas. El sonrió perverso.

-Vámonos. – Indico tomándome bruscamente de mi larga cabellera.

-¡Suéltame Ludwig! ¡Déjame ir! –Exclame elevando un poco mi voz.

-Cierra la boca y camina. – Ordeno jalándome aun más fuerte de mi cabello y obligándome a seguir sus pasos.

-Ya basta Ludwig, me estas lastimando ¡Suéltame! ¡Suéltame! – Grite e intente escapar de sus garras.

-¿Estas buscando que te lastime, no es así linda? – Exclamo cruel. Había soltado mi cabello y presiono mis brazos con fuerza. Luego me arrojo con todas su potencia dejándome caer al rígido suelo.

-¡Ya basta! ¡No vuelvas a tocarme! – Dije entre gritos débiles. Sentía que ya no tenía más fuerzas para seguir.

Narra Nick:

Al oír los gritos desgarradores de Emily, comencé a buscarla por toda la casa desesperado. No soportaba más todo esto, escuchar gritar de tal manera que me dolía. Corrí desesperadamente hasta que por pura intuición subí una de las escaleras, hice unos pasos y ahí mismo los encontré. Ella estaba tendida en el suelo, intentando mantenerse un poco erguida con sus brazos. Estaba lastimada, lo noté. Ludwig justamente se encontraba amenazándola, no logre oír lo que le decía. Mis ojos se llenaron de rabia, y bronca. Ahora si quería matar a ese tipo de todas formas. Realmente sacaba lo peor de mí. Totalmente sacado de quicio, lo golpe con todas mis fuerzas y quedo tendido en el piso por unos pocos minutos. En ese momento ayude a Emily a ponerse de pie y la abrace para darle fuerzas.

-Tranquila mi amor, yo estoy aquí. – Dije. Sentí su cuerpo tembloroso. Ella apoyo su rostro en mi cuerpo y sentí sus lágrimas.

Sorprendentemente, Ludwig estaba otra vez de pie. Pero esta vez sostenía un arma de fue entre sus manos. Emily se aferro aun más a mí y cerró los ojos, ya no quería seguir viendo todo esto. La acaricie para hacerle saber que todo esto pasaría y pronto estaríamos bien.

-Ludwig ya basta. Te deje todo el dinero, déjanos irnos. – Pedí intentando hablarle de buena forma.

-No van a irse ahora, ya es demasiado tarde. – Indico.

-Al menos deja ir a Emily. Yo me quedo por ella. – Propuse. Aunque en el fondo sabia que Ludwig no iba a aceptarlo.

En ese momento nos obligo a que entráramos a otra de las habitaciones. No me opuse a eso, Ludwig ya estaba totalmente delirando, era un psicópata. Si me enfrentaba demasiado, terminaría con los dos en un abrir y cerrar de ojos, y no era lo que quería.

sábado, 21 de mayo de 2011

Capitulo 29.


Capitulo 29:

Narra Nick:

Esa mañana fuimos con mis hermanos hacia donde estaba el colectivo que nos llevaría a un aeropuerto cercano. Cargamos los bolsos, y luego subimos. No sé porque pero no estaba totalmente convencido en irme tan rápido por tres días. Tenía una mala sensación que me invadía por completo, y se había instalado esa mañana en mí. Me senté en uno de los asientos del colectivo y trate de sentirme un poco más cómodo. El colectivo estaba a punto de activarse y comenzar a seguir su rumbo… cuando recibí un llamado a mi teléfono celular. Era alguien anónimo.

-Hola. – Dije esperando escuchar una respuesta.

-¿Cómo estás, Nicholas? – Pregunto una voz conocida. Creo que capte al instante de que se trataba.

-¿Ludwig? ¿Eres tú? – Exprese sorprendido.

-¿Cómo adivinaste, tonto? – Cuestiono estúpidamente. – Pero no contestes eso no interesa… tengo algo que te va a interesar más. – Menciono.

-¿Qué tienes Ludwig? ¡Dímelo! – Exprese un poco enojado.

-A una persona muy bonita… tiene el pelo castaño, muy buen cuerpo, y sus ojos verdes. ¿Todavía no adivinas de quien se trata? – Preguntó sádico.

-Demonios. No le hagas nada a Emily. No la toques ¿entendiste? Te daré lo que me pidas, pero a ella déjala a salvo. – Exclame con seguridad.

En ese instante Ludwig finalizo la llamada telefónica. Y yo salí casi desesperado del colectivo. Mis hermanos, tan atentos como siempre, me siguieron por detrás. Me sentía pésimo, y otra vez la impotencia me evadía. Ludwig la tenía entre sus garras otra vez. Tenia que hacer algo rápidamente. Hable con mis hermanos, y me dijeron que me ayudarían en todo lo que fuera posible. Pero decidimos no hablar con la policía todavía. Mientras iba hacia su casa, para conversar con Michael, Ludwig volvió a llamarme a mi teléfono.

-¿Quieres volver a verla? – Preguntó.

-Dime que tengo hacer, hazlo Ludwig.- Dije furioso.

En ese momento me dicto una dirección. Dijo que debía ingresar allí solo con una cantidad de dinero específica. Dijo que si se enteraba que habíamos hablado con la policía, no volveríamos a ver jamás a Emily.

Cuando llegue a su casa, Michael me atendió y me miro sorprendido. Luego me permitió pasar junto a mis hermanos, y le conté lo que había sucedido.

-¿Cómo que la secuestraron? – Cuestiono confundido.

-Si. Ella y yo pasamos por algo parecido en el pasado. Es la misma persona, quiere vengarse. – Conté.

-¿Y te pidió algo? – Preguntó.

-Si, dinero. Mucho dinero. – Dije.- Tengo un poco pero no sé si llego a todo lo que el me pide. – Concluí.

-No te hagas problema por eso, Nicholas. Yo puedo dártelo. – Ofreció. Y ahí note que quería a Emily. Y que también quería sacarla de ahí igual que yo.- Pero tenemos que hacer las cosas bien. – Dijo.

-¿Qué es hacer las cosas bien para ti? – Pregunté un poco confundido.

-Llamar a la policía, es lo principal. – Expreso.

-No. Es lo peor que podemos hacer ahora. Si se entera que llamamos, puede pasar cualquier cosa. – Exclame negativo.

Definitivamente Michael y yo no lográbamos ponernos de acuerdo fácilmente. Éramos muy diferentes, y además el no conocía a Ludwig, y eso obviamente afectaba. No tenia idea de lo que el podría llegar hacer. Lo único que teníamos en común era que los dos estábamos desesperados por sacar a Emily de las garras de Ludwig.